Julio Quesada Guilabert

Nació en Madrid aunque su familia viene de la ciudad de Crevillente (Alicante). Fue amigo personal de Unamuno y del pintor Solana. Viajo por toda España con los alumnos de la Escuela y Fábrica de Cerámica de Madrid. Le costaba mucho desprenderse de sus cuadros y sus trabajos.
Nació en Madrid aunque su familia viene de la ciudad de Crevillente (Alicante). Fue amigo personal de Unamuno y del pintor Solana. Viajo por toda España con los alumnos de la Escuela y Fábrica de Cerámica de Madrid. Le costaba mucho desprenderse de sus cuadros y sus trabajos.
Mas de diez mil retratos de médicos, si he dicho bien mas de diez mil retratos, y una obra muy repartida por todo el mundo junto con la mucha simiente que ha dejado entre todos sus alumnos así como una retina excepcional para captar la imagen a plasmar en sus trabajos, son algunas de las características que definen al acuarelista considerado como el mejor de España y tal vez de Europa.
Julio Quesada fue galardonado con el “Premio GOYA”, entre otros, o con la medalla mas cotizada por los pintores europeos, la medalla de “Pedro Pablo Rubens”.
Estudió hasta sexto año de piano pero su carrera musical se vio truncada por su vocación a la pintura a la acuarela.
A los doce años de edad ya había conseguido varios premios extraordinarios en dibujo. Ese fue el motivo de que un día en su casa recibiera una invitación del recién nombrado Presidente del gobierno de la republica de España, Don Niceto Alcala Zamora, anunciándole que sería bien recibido en una audiencia con el deseo expreso del Presidente de ofrecerse como modelo para que Julio Quesada le realizara un retrato. También posaron para él personalidades como Benlliure, D. Santiago Ramon y Cajal, el Doctor Marañon o el Doctor Fleming.
Una frase muy común en él era que: “Para saber desdibujar hay que saber dibujar lo mas perfecto posible”. En su adolescencia ya realizaba lo que él definía como “extraños dibujos con estilográfica, imposibles de borrar, con líneas continuas, o sea, sin levantar la pluma para nada”. Años después supo de un pintor, también español, llamado Picasso que hacia con esas líneas continuas autenticas obras de arte.